Maradona y Argentina jugaron con playeras compradas... ¡EN TEPITO!
A 4 años de la muerte de Diego Armando Maradona, recordamos una de sus grandes historias ligadas a México y ese Mundial de 1986. Así fue cómo la Albiceleste tuvo que salir a comprar camisetas al famoso mercado de la CDMX.
Un día como hoy pero de hace 4 años, Diego Armando Maradona dejaba de ser terrenal y se convertía en leyenda al morir a los 60 años de edad, luego de un paro cardiorrespiratorio y muchos excesos, dejando un legado inigualable en el futbol y un sin fin de historias dignas de una película.
Muchas de ellas van ligadas con México y aquella Copa del Mundo que lo llevó a la inmortalidad, levantando el título con la Albiceleste y dejando muy arraigado su nombre, sobre todo en la capital, donde se paseó dentro y fuera de la cancha.
Además dejo, con sus dos goles históricos a Inglaterra en los Cuartos de Final del Mundial, la Mano de Dios y el Gol del Siglo, dos de las mejores escenas en la carrera del #10 y de toda la historia del estadio Azteca.
Pero... ¿Sabías que las playeras de ese juego eran piratas y compradas en Tepito?
Así es, aquellas camisetas azules, consideradas hace no mucho, las mejores en la historia del futbol, fueron compradas en el famoso mercado de piratería en la Ciudad de México, luego de que la Albiceleste se quedara sin ropa por cambiar los uniformes con Uruguay un partido antes.
En diferentes ocasiones, Jorge Burruchaga, Óscar Ruggeri y Jorge Valdano, tres de los protagonistas de esa selección del 86, han contado la fascinante historia de cómo una noche antes, trabajadoras del Club América, donde concentró el cuadro pampero, seguían pegando y cociendo escudos y números a las camisetas.
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Uno de los grandes responsables de esta loca anécdota fue Héctor Miguel Zelada, que en ese entonces ya era ídolo en las Águilas y conocía a la perfección la CDMX. Cuando se supo que no había uniformes para enfrentar a los ingleses, fue con el utilero de la selección a buscar playeras a Tepito. Llevaron una que a Bilardo no le gustó y tuvieron que regresar por otra más ligera pero de muy mala calidad, pero para sorpresa de todos, el narizón la aprobó.
El escudo de la marca estaba distorsionado, el logo de la AFA mal cocido y los números fueron comprados en una tienda de accesorios de futbol americano, de color gris, grande y que no correspondía con las playeras originales.
Cómo se jugaba al medio día, dichas camisetas resultaron ser una alivio para los jugadores argentinos. Ligera, muy malas, pero que ayudaron a un mejor rendimiento del equipo que días después levantaría la Copa del Mundo.
Cabe mencionar que hace poco, la camiseta de esa tarde en el Azteca de Diego Armando Maradona, fue subastada en Inglaterra, luego de que su dueño, el defensa inglés de ese partido, Steve Hodge, la pusiera en oferta en una puja que según varios reportes, rebasó los 6.8 millones de dólares, sin dar a conocer el nombre de su nuevo propietario.
MARADONA DEJÓ HUELLA EN MÉXICO
Al igual que pasó con Pelé en el 70, una vez que acabó la Copa del Mundo en México, Maradona se quedaría para toda la vida, al menos en nombre, en nuestro país.
En el registro civil, aumentaron en una gran cantidad, los niños que llevan por nombre DIEGO ARMANDO, como parte de la admiración y el gran cariño que el pueblo Azteca le guardó al astro argentino.
EL ESCÁNDALO DE LA MUERTE DE MARADONA
4 años después del fallecimiento de Diego Armando Maradona, el escándalo sigue presente por presuntas negligencias, tanto de la gente que rodeaba a la leyenda en sus últimos días de vida, el alejamiento con sus hijas y los procedimientos médicos, qué, de acuerdo a medios argentinos, no fueron los correctos.
Hay una investigación abierta contra Leopoldo Luciano Luque y Agustina Cosachov, psicólogo y psiquiatra de Diego, además de los enfermeros Ricardo Almirón y Gisela Dahiana Madrid; la médica coordinadora de Swiss Medical Nancy Forlini, el coordinador de enfermeros de Mariano Perroni y el médico clínico Pedro Di Spagna. Todos acusados por el delito de homicidio con dolo eventual, que en Argentina alcanzan penas de entre 8 y 25 años de prisión.