La Copa del Mundo fue robada y fundida
La Copa del Mundo tiene decenas de historias, algunas por increíble que parezca, locas y surrealistas, como esta, cuando el trofeo más prestigioso del futbol, fue robado y desaparecido bajo miles de grados centígrados.
La Copa del Mundo no sería lo mismo sin alguien como Jules Rimet, considerado el padre de esta competencia. Por ello, el trofeo que se le entregó al campeón hasta 1970, fue nombrado en su honor. Fue precisamente en México 70 que la selección brasileña se hizo acreedora a quedarse con este para toda la eternidad, al ser la primera en ganarlo en tres ocasiones.
Sin embargo, esa eternidad de la tenencia del trofeo Jules Rimet solo duró 13 años, ya que en 1983 fue robado en territorio carioca y ya nunca regresó, no sólo a manos de la selección brasileña, sino que ni siquiera a su forma original, pues su ladrón la fundió para venderla como oro.
La historia de este trofeo, que ya había sido robado en 1966 y recuperado por un perro inglés que lo encontró en unos arbustos, no podía terminar de forma diferente.
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Lo que más destaca de este robo, es que, de acuerdo a los reportes policiacos, el ladrón era de origen argentino, el principal rival de los brasileños en el fútbol. Juan Carlos Hernández fue el autor del robo, al escabullirse en las instalaciones de la Confederación Brasileña de Fútbol, para sustraer la copa Jules Rimet.
Cuando fue atrapado por la policía brasileña, él mismo confesó el robo, además de que mencionó que ya no tenía en su poder el trofeo pues lo había fundido para venderlo como piezas de oro. Esto último es algo que nunca se pudo comprobar, ya que, evidentemente, es imposible identificar el oro perteneciente a la copa, pero es una realidad que nunca se pudo volver a ver la que fue la primera Copa del Mundo de la historia.