¿Cómo ha reaccionado el deporte a un año de Trump?
El deporte norteamericano ha vivido polémicas con el Presidente de los Estados Unidos
Por Luis Fridman.
Hace casi un año, el mundo comenzó una nueva etapa cuando Donald John Trump tomó la presidencia de Estados Unidos.
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Son 364 días de polémicas y criticas de las que el deporte no ha logrado separarse desde aquel 20 de enero de 2017, cuando el empresario se convirtió en el mandatario número 45 en la historia del país norteamericano.
Las primeras medidas polémicas de Donald Trump, la prohibición de viajar al país a ciudadanos de ciertos países y las reformas de inmigración, fueron duramente criticadas por figuras del deporte como Lebron James y Rusell Wilson, que criticaron duramente al recientemente electo.
Después vino quizás el episodio más directo en la relación de Trump y el deporte estadounidense cuando el ex quarterback de los 49es de San Francisco, Colin Kaepernick, se convirtió en agente libre de la NFL y ningún equipo se atrevió a contratarlo, luego de sus protestas durante el himno estadounidense. El mandatario utilizó su desempleo como un argumento a favor de su campaña contra las supuestas faltas de respeto a la bandera.
Tras el triunfo de los Patriotas de Nueva Inglaterra en el Super Bowl 51, la usual visita del campeón a la Casa Blanca terminó contando únicamente con la mitad del equipo, gran parte de las ausencias debido a que sus miembros no concordaban con las posturas de Trump en varios temas, aunque el dueño Robert Kraft envió un anillo de campeón al presidente meses después.
Esta situación que se repitió en junio cuando los Cubs de Chicago realizaron su visita tras ganar la Serie Mundial y posteriormente con los Warriors de Golden State, donde su figura Stephen Curry dejó claro su público descontento con Trump, a lo que el presidente lo criticó como suele hacerlo en las redes sociales.
Una de sus batallas más claras con el deporte se dio en septiembre, cuando varios jugadores comenzaron a incarse durante el himno y Trump llamó a una campaña de boicot a la liga y la solicitud a los dueños de despedir a quienes le faltaran el respeto a la bandera, lo que terminó con los dueños apoyando a los jugadores y el vicepresidente Mike Pence abandonando un partido por solicitud de Trump.
También se sabe de la gran afición del presidente con el golf, lo que también le ha ganado criticas por pasar un alto números de días de su mandato en sus campos y lejos de la Casa Blanca.