Día negro en el futbol Mexicano
Sin duda alguna estos hechos nos dejan un mal sabor de boca ya que un ambiente familiar se convirtió en un desastre por la violencia entre los aficionados
Los cabos están sueltos, identificar quién, quiénes o cuál fue la chispa que encendió una de las páginas más negras del futbol mexicano parece imposible, pudo ser una contestación entre dos aficionados o una mentada en cualquier parte del estadio, sin embargo, el desenlace fue trágico.
Los primeros brotes de riña se observaron al minuto 57, los golpes sucedieron en la parte baja de la Zona Norte y en la parte baja de la Zona Sur, seguidores de Querétaro observaron que en el otro lado del estadio aficionados de Atlas estaban golpeando a un seguidor queretano. La reacción fue inmediata, gente con la playera albiazul corrió por el anillo en el interior del estadio para auxiliar a su compañero, pero al mismo tiempo contestar la agresión.
El encuentro de porras fue caótico, los golpes aumentaron por todos lados. En ese instante se abrieron las puertas que dan acceso al campo para que mujeres, niños y gente ajena a la bronca se resguardara.
En la tribuna la lluvia de patadas y golpes no se detuvo. Los jugadores se metieron al vestidor, pero elementos como Washington Aguerre y Ángel Sepúlveda regresaron a la cancha para intentar calmar a los aficionados.
En ese instante la mayoría de los seguidores de la porra queretana estaba enfrentándose a La Fiel, la seguridad del estadio fue rebasada, el operativo era de 1500 elementos, pero fueron insuficientes.
La violencia no se detuvo, aficionados de Querétaro le pegaron en el canal a algunos rojinegros con palos, sillas y todo lo que se encontraban a su paso.
Los seguidores de los Zorros se vieron en inferioridad numérica, pero siguieron contestándoles las agresiones hasta que no pudieron más.
La mayoría de la gente estuvo en el campo protegiéndose, algunos hasta entraron a los vestidores. En la cancha la situación fue calmándose, pero fuera los golpes siguieron.
Una ambulancia entró al campo aproximadamente a las 19:00 horas para atender a aficionados que perdieron el conocimiento.
Adolfo Ríos, director general de Gallos Blancos, habló con algunos aficionados de Atlas y Querétaro y lamentó lo acontecido.
Afuera del estadio llegaron 5 ambulancias más con paramédicos para atender alrededor de 15 o 16 personas heridas, algunos estaban con aliento alcohólico.
Ese fue el negro desenlace en el estadio, sin embargo, hubo más riñas, algunos seguidores de Atlas antes de marcharse derribaron vallas y aventaron palos. Los camiones se alejaron y la calma regresó a medias al lugar.